La contienda entre Estados Unidos y China está configurando un nuevo orden tecnológico global. Sectores como los semiconductores, la inteligencia artificial y las telecomunicaciones se encuentran en el centro de esta lucha por la supremacía. A medida que ambas potencias aceleran sus inversiones y restricciones, el resto del mundo se enfrenta a un panorama cada vez más fragmentado y dependiente de decisiones tomadas en Washington y Pekín. La pregunta que surge es ¿Cómo las demás naciones encontrarán un equilibrio para prosperar en medio de esta disputa?.
Como lo hemos ido leyendo desde diciembre en diferentes medios de prensa, la intensa competencia entre Estados Unidos y China está reconfigurando el panorama mundial en sectores clave como los semiconductores, la inteligencia artificial (IA) y las telecomunicaciones. En nuestra opinión como medio de prensa del sector, este enfrentamiento no solo podría alterar las relaciones bilaterales, sino que también impacta directamente a otras naciones que dependen de la innovación y la cooperación para avanzar en un entorno cada vez más tecnológico.
El desenlace de este pulso tecnológico afectará a terceros países, que podrían verse obligados a elegir bandos, posiblemente alterando las cadenas de suministro y la capacidad de innovación.
Cómo lo indica el artículo del artículo de Clarín: La Ley CHIPS en EE. UU. destina 52,000 millones de dólares a la producción local de semiconductores, reforzando la independencia de proveedores extranjeros y elevando aún más las tensiones con Beijing.
A medida que ambos gigantes buscan asegurar aliados y fortalecer sus capacidades, el escenario global se torna más fragmentado y competitivo. El gran desafío es equilibrar la presión económica con la colaboración tecnológica, vital para el avance de la innovación.
La Guerra de los Semiconductores
El sector de los semiconductores se ha convertido en el foco principal de esta disputa. Las restricciones impuestas por la administración Biden buscan frenar el acceso de China a chips avanzados y modelos de IA, obligando a empresas chinas a solicitar licencias especiales para acceder a tecnología puntera.
Según Gina Raimondo, secretaria de Comercio de EE. UU., “es fundamental que sigamos así” para preservar el liderazgo estadounidense.
En respuesta, China inició investigaciones sobre las subvenciones que Washington ofrece a sus fabricantes de semiconductores, acusando a Estados Unidos de prácticas desleales. Este cruce de acusaciones refleja la creciente tensión que podría modificar el equilibrio del poder tecnológico mundial.
IA y Telecomunicaciones
Mientras Estados Unidos endurece sus restricciones, China invierte con fuerza en IA, aplicándola en áreas como la vigilancia y los vehículos autónomos. Este enfoque, no exento de polémica, plantea serias dudas éticas y de seguridad, especialmente en cuanto a la privacidad y el uso militar de dichas tecnologías.
En telecomunicaciones, la competencia por la infraestructura 5G ha derivado en un aislamiento tecnológico. Varias firmas chinas han sido excluidas de mercados occidentales bajo argumentos de seguridad nacional, lo que ha dado espacio a empresas como Ericsson y Nokia. Al mismo tiempo, China continúa impulsando su liderazgo en el desarrollo de redes y dispositivos 5G.
